Partes de una cachimba y su funcionamiento

La última tendencia de los fumadores españoles es apuntarse al uso de cachimbas. El cierre obligado de los establecimientos en los que se usaban estos dispositivos, unido a la prohibición de fumar en las terrazas, ha provocado que muchos usuarios habituales de cachimbas hayan adquirido una para uso propio.

En una suerte de efecto dominó, muchos fumadores que nunca las habían utilizado, han tenido la oportunidad de hacerlo por primera vez y se han sumado a la tendencia, lo que ha multiplicado significativamente las ventas de estas vistosas y prácticas pipas de agua.

La gran pregunta es: ¿por qué las cachimbas gustan tanto a los fumadores clásicos de cigarrillos o puros?

Partes de una cachimba

Para comprender el fenómeno, primero tenemos que entender cómo funciona una cachimba. Cosa imposible de hacer si no conocemos cuáles son sus componentes principales:

Base

La base es parte del conjunto, y se va estrechando con la altura. La base se llena de agua solo parcialmente. Más adelante veremos por qué.

Cazoleta

La cazoleta se coloca en la parte superior, donde se coloca el carbón y la mezcla especial a base de tabaco. Esta mezcla se denomina melaza, y además de tabaco contiene sustancias humectantes. Se le pueden añadir todo tipo de sabores y aromas. También existen melazas sin nicotina.

La cazoleta está conectada a la base mediante un tubo sumergido en el agua.

Manguera

Obviamente, es por donde el usuario fuma. Va conectado a la cámara mediante un conector ya sea a presión o imantado.

Accesorios

Entre ellos se encuentran los gestores de calor, las pinzas (para evitar quemaduras con el carbón), o las láminas de aluminio (evitan la combustión de la melaza). Existen accesorios suficientes como para escribir un librillo.

Funcionamiento de una cachimba

El proceso de funcionamiento es sencillísimo:

  1. Se enciende el carbón para calentar la melaza a muy alta temperatura, pero sin llegar a quemarla.
  2. El fumador procede a aspirar. La diferencia de presiones provoca que los gases y humos procedentes del sobrecalentamiento de la melaza desciendan. Estos gases se mezclan con el agua, y su temperatura desciende bruscamente. Este descenso de la temperatura hace que la densidad de la mezcla aumente mucho.
  3. Los gases enfriados y de gran densidad, salen a la superficie, y son aspirados por el fumador.

Por qué gusta tanto a los fumadores clásicos

La baja temperatura y la densidad de humos y gases provocan que la experiencia del fumador sea incomparable. No tiene nada que ver con aspirar el humo de un cigarro o cigarrillo.

Al no haber combustión, los sabores son más dulces, evitándose el típico regusto a quemado del tabaco. Y a la vez, son más intensos porque la densidad es mayor. El aroma de los humos es mucho más agradable que el del tabaco convencional y menos perjudicial.

No solo eso, sino que las melazas pueden estar enriquecidas con notas aromáticas a gusto del consumidor, con lo que los matices que se pueden lograr son casi infinitos.

Y para terminar, señalemos que las cachimbas pueden usarse para fumar mezclas a base de otras hierbas y de tabaco sin nicotina. Es posible iniciarse en este hábito sin temor a la adicción, y también pueden usarse las cachimbas para deshabituarse del tabaco.

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